En el siglo XVIII , como consecuencia de las necesidades surgidas del desarrollo económico y demográfico, aparecieron las primeras normas destinadas a identificar sistemáticamente los espacios urbanos.
Este hecho significó la proliferación de los azulejos con numeración, generalmente monocromos y de pequeño tamaño. Algunos originales del siglo XIX se encuentran expuestos en el Taller Escuela Cerámica de Muel.