El Taller Escuela Cerámica de Muel de la Diputación de Zaragoza amplía su oferta de actividades y propuestas con una exposición permanente sobre la colección de cerámica contemporánea Fortún-Torralba, una de las más importantes de España. La muestra, que puede verse desde hoy en la sala de exposiciones Enrique Cook, permite disfrutar de las 250 piezas que fueron reuniendo el catedrático de Historia del Arte Federico Torralba y el pintor Antonio Fortún.
La colección fue donada a la Diputación de Zaragoza en 2003 y está compuesta por una amplia variedad de obras adquiridas en la segunda mitad del siglo XX, especialmente en el último cuarto. La mayoría están hechas a torno y el rasgo común de todas ellas es la intención de explotar las cualidades plásticas y expresivas de la cerámica anteponiéndolas a su utilidad y su uso cotidiano.
“Es una exposición maravillosa que recoge la evolución de la cerámica desde un sentido más utilitarista hasta convertirse en una auténtica disciplina artística con peso propio. En la muestra se aprecia perfectamente esta evolución ya que está dividida en seis secciones en función de las características de las piezas: cerámica contemporánea, cerámica de inspiración oriental, cerámica nórdica, piezas del ceramista valenciano Enrique Mestre, cerámica catalana, y cerámica aragonesa”, ha destacado la diputada delegada de Cultura de la DPZ, Ros Cihuelo, quien ha incidido además en la importancia del Taller Escuela Cerámica de Muel, “referencia”, ha resaltado, “tanto a nivel nacional e internacional debido al gran trabajo que se ha realizado a lo largo de estos años”.
“Magnífica, singular y extraordinaria dentro del coleccionismo de la comunidad”, ha destacado por su parte el coordinador de proyectos y difusión cultural de la DPZ, Ricardo Centellas. “Las 250 piezas de esta extensa colección reflejan el gusto existo de dos de las personas que más incidieron en la difusión de la plástica contemporánea en Aragón y en España, que no vieron la cerámica como un objeto de uso tradicional”, ha destacado Centellas.
El centro acoge desde hoy esta muestra permanente que se suma a la oferta de actividades que se realizan a lo largo del año, tal y como ha explicado la directora del Taller Escuela Cerámica de Muel, María Giménez, quien ha detallado que en las instalaciones se oferta el programa de Aulas Muel, destinado a los más pequeños, dos jornadas de puertas abiertas y una residencia anual para la formación de artistas tanto nacionales como internacionales.
La exposición sobre la colección Fortún-Torralba puede verse en el horario habitual de apertura del Taller Escuela Cerámica de Muel –de lunes a viernes de 8.00 a 14.00- y a través de visitas guiadas para grupos concertadas previamente.
Cerámica contemporánea
Las piezas que componen esta sección de la exposición proceden de momentos muy diferentes, pero todas ellas muestran algunas tendencias generales de la cerámica de la segunda mitad del siglo XX. Hay una tendencia marcada por conseguir la máxima sencillez en las líneas y en la decoración, con acabados sobrios pero efectistas, con esmaltes negros brillantes o formas poco habituales.
Entre estas piezas destacan dos: un gran cuenco con decoración de vivos esmaltes, en tonos azules en el exterior y amarillos en el interior, obra de Andrea Pozzi y una escultura de Ricardo Mesa, única ocasión de la exposición en la que la cerámica se convierte en material escultórico.
La inspiración oriental
Federico Torralba sentía un gran interés por el arte oriental, interés que transmitió a Antonio Fortún. Durante su vida Torralba coleccionó numerosas piezas antiguas de origen oriental, así como piezas contemporáneas que imitan esas mismas piezas antiguas empleando las mismas técnicas orientales.
En esta sección se encuentran esas piezas contemporáneas que imitan o reinterpretan los motivos tradicionales de producción en Japón o China, sobre todo en sus períodos más esplendorosos. Algunos de estos períodos son el Luang o el Sung. Un ejemplo de esto es el jarrón de cerámica roja “sangre de toro”, así como los cuencos que recrean los “claro de luna” japoneses.
La cerámica nórdica
Las piezas de cerámica nórdica presentan algunas características muy particulares en su expresión artística. Supone un contrapunto perfecto a la cerámica oriental, ya que sus formas y decoraciones son rotundas, con mucha fuerza y una presencia algo intimidatoria.
Muchas de las piezas muestran formas vagamente geométricas, realizadas en gres pétreo y denso. La mayoría de las piezas provienen de la Factoría Rörstrand de Suecia, creado en el siglo XVII, del cual destacan las obras de Mariane Westmann y Carl Harry Stalhane. Las demás piezas son de factoría danesa, siempre más rudas y poco delicadas.
Enrique Mestre
La exposición ofrece una selección de piezas del ceramista valenciano Enrique Mestre creadas entre 1970 y 1980, pionero en los que fue posteriormente la experimentación plástica en la cerámica española. Son obras de formas limpias y básicas, con acabados muy precisos y elaborados.
Se puede diferenciar entre dos etapas en su obra. La primera consiste en una serie de vasijas con acabados delicados, mediante el uso de esmaltes vitrificados, en la línea del orientalismo descrito anteriormente. Son piezas con un colorido muy intenso, aplicado con criterios muy expresivos.
La segunda etapa contempla las piezas más expresionistas, con bordes quemados, engobes que sólo cubren parte de la pieza y con empleo de los óxidos. Los jarrones cilíndricos son la mayor expresión de esta fase creativa.
Cerámica catalana
Las piezas de cerámica catalana componen un conjunto de carácter más heterogéneo, tanto en estilos y autores como en cronología. Una característica común general es el gran colorido de los esmaltes y engobes aplicados a estas piezas, contrastados con tonos mucho más pálidos, incluso con blanco y negro.
El modernismo es la influencia principal en muchas de las piezas. Se aprecia el contraste, por ejemplo, entre las delicadas obras de María Bofill, que recuerda a la inspiración oriental, y las de Eduardo Cuní, mucho más rudas, contundentes y agresivas en sus formas, marcadas por el primitivismo.
Se pueden apreciar desde piezas de los pioneros españoles de la cerámica contemporánea, como Aguadé, hasta la producción de los artistas más actuales, como Joan Carrillo o Ramón Fort, quien dota a sus piezas de un gran dinamismo.
Cerámica aragonesa
La cerámica aragonesa de esta colección es un preciso extracto de la evolución creativa y plástica de la cerámica contemporánea en los años 70 y 80, que influyeron en la creación de la imagen de la cerámica como una disciplina artística plena. En este proceso Fortún participó intensamente como espectador, difusor y practicante, ya que realizó algunos experimentos en cerámica. Uno de ellos es un plato que se encuentra en esta sección de la colección.
Estas obras son fruto de un equilibrio entre la tradición alfarera y la nueva expresión plástica. Como artistas pioneros en este ámbito se encuentran Teresa Jassá, que experimentó con placas y vivos esmaltes, inspirándose en la cerámica ibérica, y José Arellano, que presenta obras de formas limpias y sencillas, con acabados sobrios y abstractos.
En cuanto a la generación más reciente de ceramistas aragoneses, se encuentran los ejemplos de cerámica negra de Javier Fanlo, las producciones clásicas y expresivas de Malo y las vasijas de Juan Jiménez, inspiradas en la cerámica de reflejo metálico, muy tradicional en Aragón, de la cual en este mismo taller se exponen algunos ejemplos y restos del siglo XVI.
Fuente: dpz.es