Cerámica
Muel es una pequeña villa situada en la ribera izquierda el río Huerva con una gran tradición alfarera. Aunque no se sabe exactamente cuándo ni cómo se inició la alfarería artística, sí se conoce que fue un pueblo de moriscos hasta que fueron expulsados en 1609, y que esto supuso un golpe serio que pudo afectar a la industria alfarera.
En 1585, el entonces rey de España, Felipe II, realizó un viaje por su reino. En este viaje le acompañaron alabarderos y arqueros, entre ellos Enrique Cook, una figura que ha sido muy importante para la historia de la cerámica de Muel, pues se dedicó a copiar los diseños que se hacían en el barro en la localidad en el siglo XVI. Gracias a él, esos diseños han llegado a nuestros días y dejó plasmados destacados escritos en su visita a la localidad, en los que explica cómo los alfareros de Muel realizaban sus piezas (Anales de 1585, Biblioteca Nacional, París).
“Muel, pueblo muy nombrado de cristianos nuevos de la marquesa de Camarasa, puesto en la ribera del Huerva que allí pasa al lado del mediodía. Este río nace en la sierras de Daroca y corre siempre hacia Levante, donde se desagua en Ebro, no muy lexos de Zaragoza, tiene muy buenos peces que los moros pescan con redes y anzuelos. Estos moros, desde el tiempo en que sus antepasados ganaron España, año del Señor sietecientos y catorce, siempre han quedado en sus leyes, no comen tocino ni beben vino, y esto vimos allá que todos los vasos de barro y vidrio que habian tocado tocino o vino luego, después de nuestra partida los rompian para que no sintiesen olor ni sabor dello. Todos los vecinos cuasi deste lugar son olleros”
«Todos los vecinos cuasi deste lugar son olleros y todo el barro que se vende en Zaragoça lo más haçen aquí y desta manera. Primeramente haçen los vasos de cierta materia que allí la tierra les da, de tal suerte como los quieren; fechos, los coçen en un horno que para esto tienen aparejado; vueltos después á quitar para que les den lustre blanco y los hagan llanos, haçen un lavatorio de ciertas materiales desta manera: toman una arroba de plomo con la cual mezclan tres ó cuatro libras de estaño y luégo otras tantas libras de çierta arena que allí tienen, de todo lo cual haçen una masa como de yelo y lo haçen en menudas piezas y muélenlo como harina, y hecho ansí polvo lo guardan. Este polvo después mezclan con agua y tiran los platos por ella y los coçen otra vez en el horno, y entónces con este calor conservan su lustre. Después para que toda la vajilla hagan dorada, vinagre muy fuerte con el cual se mezclan como dos reales de plata en polvo y bermellón y almagre y un poco de alumbre (cobre), lo cual todo mezclado escriben con una pluma sobre los platos y escudillas todo lo que quieren, y los meten por tercera vez en el horno, y entonces quedan con el color de oro que no se les puede quitar hasta que se caigan en pedazos.»
Sin embargo, poco a poco y con el transcurso de los años, Muel fue perdiendo a las familias dedicadas a este oficio. En el siglo XVII había dieciséis alfares, en el XVIII, veintidós, con sus operarios, hornos y talleres y, a lo largo del siglo XIX, se fue extinguiendo la tradición hasta la desaparición del último alfar, que fue dirigido por la familia Soler.
Azulejo
Colección de Piezas Antiguas
Colección de Piezas de Reproducción
Dirección
Carretera de Valencia, km468
Muel (Zaragoza, España)
Llámanos
+34 976 145 225