La orza es un recipiente redondeado, que puede tener dos o cuatro asas, empleado tradicionalmente para conservar alimentos.
La cerámica de Muel deriva de las tradiciones cerámicas árabes, ya que los alfareros que crearon esta técnica, y que la desarrollaron durante los primeros siglos, fueron todos de origen musulmán. Por esta razón, las decoraciones típicas originalmente eran abstracciones de formas vegetales, animales (peces y aves) y geometrías.
Con el paso del tiempo, el estilo decorativo evolucionó hasta adquirir formas propias: dibujos rápidos, simplificación de formas, ritmos de repetición, temor al espacio vacío (horror vacui) y simetrías.
En cuanto a los colores, el azul proveniente del óxido de cobalto pronto se convirtió pronto en el preferido, llegando hasta nuestros días como el color tradicional de la loza de Muel.
Las influencias de otros estilos cerámicos fueron llegando durante los siglos XVII y XVIII, con lo cual el azul cobalto se combinó con más colores, y las decoraciones empezaron a incluir nuevos motivos, como formas humanas, arquitecturas y cenefas.
La cerámica que producimos en Muel en la actualidad es el resultado de todas estas características decorativas, plasmadas en piezas tradicionales.