Estas piezas triangulares de barro cocido se utilizaban en los alfares durante el momento de la cocción de la cerámica.
Debido a que el esmalte recubría toda la superficie de la pieza, ésta podía quedarse adherida al interior del horno. Los truedes servían como soporte alternativo, de manera que la cerámica no entrase en contacto ni con el horno ni con otras piezas.